La felicidad nunca se va, siempre está ahí, somos nosotros los que a veces nos vamos de ella. Durante la práctica de la meditación, es cuando nos hacemos conscientes de nuestra verdadera naturaleza, que siempre ha estado brillando en nuestro interior y de la cual no éramos conscientes.
Sólo entonces es cuando empezamos a ver las cosas como realmente son. A través de la meditación podemos descubrir esa luz que en realidad siempre estuvo ahí, al igual que el sol siempre está detrás de las oscuras nubes, aunque no podamos verlo con nuestros propios ojos.
Estoy haciendo una prueba para ver si funcionan los comentarios en el blog
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